Álvaro de los Ángeles. València, 1971
Escribo, imparto cursos y conferencias, comisarío exposiciones y programo cultura contemporánea. He sido Subdirector de Actividades y Programas culturales del IVAM.
_ ¿Cómo definirías el arte contemporáneo en una palabra?
Transformador
_ ¿Podrías explicarte…?
Si el arte que se realiza en la actualidad no apunta hacia una dirección que indique novedad, transgresión, cambio, relectura, a lo mejor no debiera llamarse contemporáneo. No se es contemporáneo por el hecho de ser coetáneo a una época, en este caso la actual.
_ ¿Qué libro has leído últimamente?
“Ordesa” de Manuel Vilas y “El entusiasmo”, de Remedios Zafra
_ ¿Con qué personaje te gustaría tomarte un café?
Con Walter Benjamin
_ ¿Quién decide qué es arte?
El artista. Otra cosa es que eso que hace, después interese al público, a la crítica, al mercado…
_ ¿Qué encargo te gustaría recibir?
Leer libros para después comentarlos.
_ Un comentario sobre tu trabajo que te haya gustado…
Hace poco he dejado mi cargo de Subdirector de Actividades y Programas culturales en el IVAM. Mucha gente ha agradecido el trabajo realizado durante casi 4 años. Además, también bastantes me han dicho que era valiente y coherente por dejar un cargo que ya no me motivaba.
_ Un agente artístico que esté haciendo un buen trabajo actualmente…
Sonia Martínez, como responsable de actividades de Bombas Gens.
_ ¿De qué artista te gustaría tener una obra?
De muchos, pero me conformo ahora con una de Fernando Bryce.
_ ¿Qué piensas del sistema artístico español en la actualidad?
Es un sistema de cortesanos, como otros sistemas y en otros lugares. Los que están ya lo son y una gran cantidad aspira a serlo.
_ ¿Podríamos decir que refleja la sociedad actual?
El arte de su tiempo es reflejo de su sociedad, sí.
_ ¿Se está confundiendo el arte con el mensaje?
Yo creo que determinados mensajes son arte, pero no todos. El problema es creer que cualquier mensaje puede serlo.
_ ¿Cómo ves la situación del mercado español de arte contemporáneo?
Mal. Por lo que sé de las galerías valencianas, que es un ámbito que conozco bien, se vende poco y mal. En Madrid es donde la actividad comercial se acerca a lo que denominamos un mercado.
_ Una institución pública indispensable…, y un espacio privado…
Cualquier museo que tenga una verdadera vocación de servicio público. Y cualquier espacio que, siendo privado, sepa que la cultura debe usar códigos abiertos.
_ ¿Qué líneas de comisariado se están siguiendo actualmente?
Aún perdura una tendencia archivística de lo artístico, pero también ha habido giros educativos y performativos en el modo de comisariar que tienen un largo recorrido por delante.
_ ¿Qué supone hoy la crítica?
Literatura que leen un círculo muy reducido de personas, en especial quienes están muy vinculados a ella, y que sigue escociendo cuando no es positiva. No hemos aceptado aún la discrepancia como algo consustancial al mundo del arte y la cultura. Sólo supone eso, pero es mucho más. Es la posibilidad de generar una distancia entre quien opina y aquello analizado que puede permitir un avance estético.
_ ¿Alguna buena noticia vinculada al arte?
En Valencia se ha regenerado la cultura contemporánea con el reflote del IVAM, la aparición de Bombas Gens y la aportación del Centre del Carme. El MUVIM aún no se ha encontrado a sí mismo, y el EACC necesita recuperar un camino que perdió. En Alicante, sólo con el MACA y Las Cigarreras no hay suficiente, pero están ocupando un lugar decisivo.
_ A una gran mayoría no le gusta el arte contemporáneo porque le resulta difícil de entender…
Tampoco yo entiendo muy bien los textos legales y aún peor la información científica. Todo exige un esfuerzo por más que el arte, predominantemente, hable con imágenes. Leer las imágenes en la actualidad es una gran reto y se puede convertir en un aprendizaje continuo.
_ ¿Cuál es el papel del público en la actualidad?
Importante, pero a mí no me parece tan decisivo como se quiere vender. La cultura contemporánea no tiene porqué ser de consumo masivo. Lo que es importante es marcar bien las líneas a seguir, que se pueda trabajar a medio y largo plazo y que se puedan ver los resultados.